sábado, 1 de enero de 2011

Cuba, avance o retroceso frente al cambio de 1959 parte 3-1


3.1.1 Actividades económicas nacionales
Durante la etapa colonial española en Cuba la actividad económica más importante fue la de la fabricación del azúcar de caña. Con la guerra de independencia este era el sector más atacado por los mambises en sus campañas. Por lo tanto cabe destacar que al finalizar la guerra e intervenir el gobierno norteamericano en la isla el sector azucarero estaba completamente destruido y casi al borde del colapso. Esto ligado a la competencia del azúcar de remolacha había contribuido a que solo una parte de la burguesía más acomodada pudiera soportar este duro golpe a la economía.
Estos factores promovieron a que la oligarquía cubana se aliasen llevando un proceso de concentración industrial, provocando que los intereses de esta clase también se aliasen en un interés azucarero mirando más a Norteamérica que a España. . Estos intereses primero fueron complacidos por la intervención norteamericana en los finales de la Guerra del 95 y la cual fue solicitada insistentemente por los distintos sectores de este bloque corporativo privilegiado, y luego por el gobierno del primer presidente, Tomás Estrada Palma, viabilizando así la integración de la economía cubana al mercado norteamericano y el incremento veloz de las enormes inversiones norteamericanas. Estas inversiones subieron de 50000000 a fines del siglo XX y en las tres primeras décadas republicanas, terminaron de empobrecer a los sectores más débiles de la burguesía dependiente cubana que habían subsistido a la crisis del siglo XIX, e incluso a algunos de los más ricos entre ellos. Aprovechándose de la crisis de 1920, dieron el golpe de muerte al grupo que había prosperado en el sector financiero y, además, diezmaron el sector azucarero, apoderándose de multitud de ingenios hipotecados. Por otra parte, redujeron al colono a condiciones de miseria, lo que lo imposibilitó de venir agentes propulsores de un movimiento de desarrollo industrial como dueños de empresas nacionales productores, y/o importantes consumidores de un mercado interno.
Durante todo el período 1902-1959, vemos en la política económica de la isla una tendencia total a desarrollar las actividades que convinieran a los intereses norteamericanos.
La política de la ocupación militar americana se orientó hacia la creación de mecanismos políticos que aseguraran y favorecieran la penetración económica, Cuba tenía que estar necesariamente ligada a los Estados Unidos por vínculos especiales; podrían ser orgánicos o convencionales dejándose al futuro decir hasta dónde el destino de Cuba había de estar unido al destino de los Estados Unidos. La referencia a “vínculos convencionales” indica que ya estaba preparándose la fórmula que se manifestó posteriormente con la imposición de la Enmienda Platt. Esta después de transformo en el tratado permanente en Cuba.

La política de dominación económica de Cuba fue supeditada a la definitiva fijación de los instrumentos para la dominación imperialista en Cuba. El gobierno norteamericano adoptó primero una línea de acción sobre status político de Cuba y, después, decidió sobre las líneas básicas del sometimiento económico. Si la decisión política consistía en el anexionismo, no se necesitaría medida económica específica para consagrar el sometimiento de Cuba. Si la decisión política era, como fue, disfrazar el anexionismo con la enmienda Platt , se requeriría evidentemente un mecanismo de penetración económica.
La gran debilidad de la burguesía dependiente cubana en 1934, y en específico de su sector industrial, impide  conjuntamente con el monto de las inversiones del capital norteamericano en Cuba y el papel que éste le tenía asignado a la colonia como consumidora de productos manufacturados metropolitanos y productores de azúcar  que permanezca en el poder del gobierno populista Grau - Guiteras (aunque debe aclararse que la postura radical y antiimperialista del segundo lo diferencia del primero), animado por una ideología desarrollista – industrial - nacionalista similar a la que llegó al poder en muchos países de América Latina por estos años. Una vez más, el reducido bloque corporativo privilegiado cubano – norteamericano - español, propició la intervención del imperialismo (Welles - Caffery) que fue apoyada, como antaño, por los servidores locales de sus intereses (Céspedes, Mendieta, Batista), y que eran, en definitiva, los mismos del imperialismo frustrando el proceso revolucionario que se inició en 1933.
La política del Nuevo Trato de Roosevelt quiso decir para Cuba lo siguiente: 1) frustración de sus posibilidades desarrollo industrial mediante el tratado comercial de 1934, que reforzó la posición de la isla como consumidora de productos manufacturados y productora de azúcar, por medio de un nuevo régimen arancelario que tenía este objetivo; 2) represión del movimiento revolucionario con el ejército; 3) concesiones políticas y sindicales de carácter reformista a las masas, integrando la protesta nacionalista y revolucionaria a un cierto curso institucional, enmascarado de democracia y concesiones obreras, representado por obreras, representado por Batista. Aunque él provenía de los sectores populares y había liquidado el sector oligárquico del ejército, circunstancias en la que se empeñó un papel destacado en los inicios del movimiento revolucionario, servía perfectamente a la maniobra diversionista del imperialismo norteamericano y la oligarquía local.
Vemos como en este período los gobiernos desarrollan a gran escala las actividades económicas que benefician a los Estados Unidos, como son el azúcar, cacao, tabaco y otras materias primas que necesitaba este país para florecer su economía. Sin embargo al mirar las actividades económicas menores se ve una gran proliferación de actividades como bodegas, pequeños comercios y demás actividades con capital personal cubano a quienes no se les ponía ninguna traba para formar su negocio.
En estos años florecen pequeños negocios sobre todo de inmigrantes españoles que se dedican al comercio de alimentos. En general en el país se podía abrir cualquier negocio pequeño sin ninguna traba excepto si tenías algún proyecto en mente que no convenía a intereses norteamericanos. Cuando esto pasaba estabas en todo tu derecho de hacerlo, únicamente que no tenías infraestructura ni beneficios de crédito suficiente como para desarrollarlo.
Al triunfo revolucionario en 1959 se quiere dar un giro completo de esta situación y se toman medidas para acabar con esta dependencia a gran escala de los Estados Unidos. Además de las ideas declaradas de sus líderes quienes siguen la doctrina marxista-leninista. Es por esto que se toman las medidas analizadas en capítulos anteriores como nacionalización de las industrias, prohibición de la propiedad privada y reformas agrarias. Esto se traduce en que con el tiempo no exista negocios propios, sino que toda actividad económica cubana luego de 1959 está manejada por el gobierno.
De 1959- 1989 se da en Cuba una verdadera vida socialista económicamente hablando. Se elimina toda propiedad privada en cuanto a negocios. Si antes vivías una casa y tenías otras para rentar te nacionalizan esas casas y solo te queda donde vives. En cuestión se buscaba que la “clase obrera” dejara de ser explotada por la burguesía, pero en la práctica lo que sucedió es que todo el pueblo empezó a ser explotado por el gobierno, quien se convirtió en el nuevo burgués propietario de todo. Quisieras o no, si querías vivir tenías que trabajar para el estado puesto que todo está en sus manos.
Es solo hasta 1989-1993 con la caída del campo socialista cuando se comienzan a dar algunos cambios en el modelo y se toman algunas medidas con las cuales se afloja un poco la economía y se deja algún vestigio de autodeterminación económica para el pueblo. Desde que Cuba inició sus relaciones con la Unión Soviética y el campo socialista en general se vio beneficiada su economía debido a tratos muy favorables para la isla. El problema fue cuando poco a poco a partir de 1989 se produce la caída del campo socialista y en los antes países del campo se implantó el régimen capitalista. En este momento Cuba quedó totalmente desprotegida desde el punto de vista económico debido a que el bloqueo le había cerrado las puertas de la mayoría de los países que no pertenecían al campo y al derrumbarse éste ya no le quedaba con quien comerciar.
Es por esta razón que el gobierno decide dar algunas libertades para que las personas edifiquen sus pequeños negocios y pueda sobrevivir el país a la gran crisis que se avecinaba.
Los trabajadores activos de la sociedad comienzan a abandonar el vínculo laboral con instituciones estatales y de manera gradual, se incorporan a las nuevas manifestaciones de contratación, que están incluidas en las formas clasificadas como trabajos independientes, o sin una relación directa con el Estado. Están sustituyendo las formas tradicionales de relación laboral con el Estado por el novedoso concepto de los trabajadores independientes. Los nuevos trabajadores cubanos, muy a pesar de su condición de “cuentapropistas”, siguen dependiendo del único mercado al que tienen acceso: el mercado nacional, que a su vez, sigue manteniendo su carácter oficial o estatal. La actividad laboral de los nuevos cuentapropistas se desarrolla entonces en medio de una contradicción elemental, necesitan de un ambiente estatal para realizarse, aunque se caractericen por actividades de tipo individual e independiente del Estado. Son labores particulares que solo pueden comercializarse dentro de un mercado controlado por el Estado. Después de muchos años bajo un esquema de economía planificada, donde la clase trabajadora dependía del mercado laboral garantizado por el Estado, las condiciones económicas impusieron la necesidad de un cambio de la economía nacional que conllevó a la radicalización del concepto de economía estatal, reduciendo a un mínimo la participación del Estado en las actividades laborales del país.









3.1.2) Negocios con capital extranjero
Como ya se analizó en el capítulo anterior durante el período de la República mediatizada (1902-1959) los principales y más rentables negocios en el país estaban en manos de compañías extranjeras, sobre todo de compañías norteamericanas. Un ejemplo es la United Fruit Company, que producía y comercializaba frutas tropicales. Así mismo en todos los negocios grandes como el azúcar y el tabaco las grandes potencias eran quienes tenían casi la totalidad de las inversiones y por tanto gran parte de los frutos que éstas rendían.
La situación en el campo era pésima puesto que las compañías eran las propietarias de las tierras y los campesinos la trabajaban y cobraban un ínfimo salario, lo que propiciaba que la situación en el campo se tornara cada vez más precaria y creciera el descontento general, llevando consigo el posterior apoyo a la causa rebelde.
Otro ejemplo de problema económico en el campo era la situación de los trabajadores de la industria azucarera. Esta industria solo trabaja un período del año donde se cosecha la caña y se procesa, lo que representa menos de la mitad del año. Por lo tanto el tiempo que tenían trabajo los campesinos que se dedicaban al corte y procesamiento de la caña de azúcar era muy poco al año. Luego venía el “tiempo muerto” y les era muy difícil la subsistencia puesto que las regiones que se dedicaban al negocio del azúcar no tenían otras actividades a las cuales dedicarse. Esto ligado a que los dueños de los grandes centrales eran por lo general compañías norteamericanas o europeas en algunos casos, hacía que la explotación aumentara y el salario de los campesinos fuera cada vez más bajo. Además de esto los tratados comerciales firmados con los Estados Unidos, socio mayor en la exportación cubana del azúcar hacían que el precio de exportación bajara cada vez más y los mayores afectados eran los obreros de los centrales y los campesinos que se dedicaban al corte.
Esta situación nos pone en el ejemplo del famoso “diferencial azucarero”, una de las pocas victorias de los sindicatos azucareros contra los gigantes inversores y el gobierno. Durante el gobierno de Grau San Martín, se intentó firmar un acuerdo con el gobierno americano para congelar durante dos años el precio del azúcar exportada a los Estados Unidos, en un nivel mucho más bajo que el internacional. Al percatarse de esto el sindicato azucarero y Jesús Menéndez, su líder, se oponen fervientemente a esta decisión, logrando obtener en las negociaciones una cláusula de garantía que decía que el precio del azúcar aumentaría en el caso que aumentaran los precios de los productos de primera necesidad que se importaban desde los Estados Unidos, principal proveedor de productos elaborados hacia Cuba. Gracias a esta cláusula los trabajadores azucareros tuvieron un aumento del 13,42% de salario.
En las ciudades existía una situación similar. Aunque en Cuba en esa época no se producían muchos productos manufacturados, existían algunas fábricas como la Nestlé, fábricas de zapatos, ropas etc. Pero no era el fuerte de la economía. Los negocios en las ciudades con capital extranjero que más sobresalían eran los hoteles, casinos y otras actividades turísticas que al percatarse los americanos de las ganancias que producían invertían mucho en esto. Incluso se dice que la construcción de varios casinos y hoteles en La Habana eran financiados por la mafia de inmigrantes italianos desde los Estados Unidos.
Sin embargo al triunfo de la revolución vemos como estas situaciones cambian radicalmente. En cuanto a la situación del campo vimos en capítulos anteriores las leyes de Reforma Agraria firmadas y facilidades para campesinos, así como nacionalizaciones de las compañías con capital extranjero primero y luego la nacionalización de todas las compañías privadas, llevando al gobierno a ser el único dueño de todas las compañías, hoteles y cualquier actividad económica antes manejada por capital privado. Esto llevaría a que todos la población seguiría siendo obrero asalariado o campesino asalariado, el único cambio era que antes las ganancias se las llevaba el propietario a su país y luego se las llevó el gobierno para la inversión en sus planes descabellados de “mejoramiento social” donde se promulgaban medidas como escuelas y hospitales públicos, haciendo que por consecuencia y al pasar de los años la infraestructura de esto decayera en cuanto a calidad.
Así funcionó el país hasta 1989 cuando se empieza a desmoronar el campo socialista y el gobierno tiene que buscar alternativas y nuevas formas con las cuales ganar dinero y fomentar la introducción de capital al país. Es así como se abren varias negociaciones con España y otros países europeos y asiáticos para que invirtieran en el sector turístico y la creación de empresas mixtas importadoras de productos, dos de los pocos sectores de la economía que abrieron a pesar de la crisis que hubo en los años noventa. Pero este nuevo tipo de negocio no se da como en todas las economías. Estas empresas mixtas tenían que crearse bajo la base del 51% de recursos cubanos y el 49% de recursos extranjeros, la mayor parte de los empleados obviamente deben ser cubanos y el inversionista debe pagar al gobierno, además de los salarios a los empleados, un plus por la utilización de estos empleados.
En el sector turístico los inversionistas tenían que cumplir también la base de 51-49% pero la diferencia con las empresas era que le daban permiso al inversionista de edificar el hotel o instalación turística y de operarlo y recoger el 49% de las ganancias durante un cierto período de tiempo. Luego que se venciera este tiempo el inversionista le dejaría al gobierno las instalaciones y marcharse de la inversión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario